"Tenemos más energía que antes"

Anoche tocaron en el Planetario, en un show gratuito, presentando la gira internacional que comenzará en noviembre. En exclusiva, minutos antes de subir al escenario, Vicentico y Flavio hablaron con "Clarín": recordaron con emoción a Gerardo "Toto" Roblat, el percusionista muerto en marzo, dijeron que tienen como proyecto grabar un disco y contaron cuánto les gusta tocar en vivo.

¿Qué hay de similar o distinto en esta vuelta en relación a años anteriores?

Flavio: Tenemos la misma química. Y lo que vivo en la sala también me pone feliz: ya no me importa nada.

Vicentico: Todo lo que puedo decirte es "Gracias totales".



Ahora la referencia de Vicentico es, claro, a Soda Stereo. A aquellas "Gracias totales" en una primera despedida, a las nuevas "Gracias totales" remasterizadas en los seis River que llenaron a fines de 2007. Pero, ¿la reunión Cadillac es una consecuencia del efecto Soda? Puede ser, lo mismo da. Aunque, lo que tal vez sea sintomático es que, cuando esta cronista entrevistó a ambos por separado hace un año y les preguntó (a ellos y al saxofonista Sergio Rotman) si se era posible una "fabulosa" vuelta, la respuesta fue: "No, por el momento". Algo cambió.



¿Era importante tener un proyecto que incluyera un disco?

Vicentico: El disco nos sirve para retomar toda una parte de nuestro trabajo: la de componer.



¿Cómo va a ser este nuevo álbum?

Vicentico: Todavía no sé: estamos en pleno trabajo.

Flavio: Va a haber temas nuevos y reversionaremos temas viejos.



Los dos están vestidos con esa elegancia impostada con la que les gustaba coquetear cuando hacían shows en teatros, cuando jugaban a ser una "orquesta" más que un grupo de rock. Vicentico, incluso, camina por el backstage, imponente con su bastón y sus guantes negros. Está más flaco, como se lo ve en las fotos de promoción de la gira. Y así entra a escena, igual que el Sr. Flavio (de rigurosos lentes oscuros) y el resto de la banda. En la sección de vientos, además de Rotman (que se había ido de la banda antes del final), están el trompetista Daniel Lozano y, como invitado, Hugo Lobo (Dancing Mood). Si los primeros acordes de esta vuelta funcionaron como una intro dub a lo Clash, después vendría lo esperado: un mini-repertorio de 6 hits más 1 tema nuevo.

La elección de los temas es emblemática y, sobre todo, una muestra de asepsia: dos temas de Cianciarulo (El León y Mal bicho), uno de Rotman (Siguiendo la luna), uno grupal (Mi novia se cayó en un pozo ciego) y dos de Vicentico (Demasiada Presión y El Satánico Dr. Cadillac, que eligen para cerrar). Claro, que esta elección no responde únicamente a una necesidad de democratizar autorías: el impulso de este primer show tras seis años apunta al reconocimiento del público.

Por otra parte, para esta presentación, los discos que dejan abiertamente de lado son los dos últimos: Fabulosos Calavera y La Marcha del golazo solitario, en los que la experimentación domina gran parte de su búsqueda musical (con excelentes resultados) y en los que tiene una participación fundamental el guitarrista Ariel Minimal, que ahora no es de la partida (Matías Brunel de La Mandinga está en la guitarra). En el Planetario, la formación se completa con Mario Siperman (teclados), Fernando Ricciardi (batería), además del percusionista Gustavo Martelli, que reemplazó a Gerardo Toto Rotblat fallecido hace dos meses.



¿Cómo sienten esta ausencia?

Vicentico: Toto es una constante presente en mi vida. Ahora lo siento como un estímulo muy movilizante.

Flavio: Es uno que más feliz y contento estaría con esta vuelta.

Vicentico: Es un tema profundo para hablar, pero te digo que después del dolor pienso en esto como algo natural.



A mitad del show, después de saludar ("Hola, Guachos, es tanta la alegría"), la referencia de Vicentico a su amigo es inevitable: "Le dedicamos este concierto y todas las cosas que hagamos a Gerardo, que está acá hoy y en cada canción, en cada instrumento". Es una de las pocas palabras que dice el frontman, justo antes de Mal Bicho y el esperado tema nuevo: La luz del ritmo, que suena al costado más latino de los Cadillacs, similar a Sopa de Caracol. Sobre todo, en los arreglos de los vientos y en la base rítmica. Después, vendría el pequeño descanso. Y el pedido del público: "¡Más!". "Es imposible, nos tenemos que retirar¿por contrato", ironiza un Vicentico que parece relajado y contento, como sus compañeros. El Satánico es el cierre, sí, pero todo indica que esto recién empieza.